lunes, 11 de mayo de 2015

Y con la familia ¿qué hago?

Preguntas iniciales a la familia
En una primera entrevista con la familia del alumno hay una serie de cosas que deberemos preguntar para poder hacernos una idea de cómo es nuestro alumno, su entorno, su tipo de aprendizaje, su comportamiento diario, qué le motiva y qué le desalienta. Qué situaciones le estresan y en cuáles se siente más relajado, cómo es su tipo de aprendizaje, qué estrategias siguieron con él en otros cursos y de ellas, cuáles funcionaron, cuáles son sus inquietudes, etc.
Aunque no es conveniente hacer un interrogatorio, a lo largo de la conversación algunas preguntas que podríamos hacer son:
Si toma medicación hay que saber a qué horas le hace más efecto y a cuales ya se le pasa para poder programar las actividades que requieren más atención en las horas en las que la medicación está haciendo efecto.
¿En casa tiene un modo de vida ordenado, con horarios organizados y con periodos de esparcimiento y ejercicio físico claramente establecidos?
¿Han diseñado junto con él algún tipo de rutina que deba seguir a la hora de hacer las cosas que menos le gustan?
¿Tiene establecidos periodos de tiempo en los que deba realizar sus tareas, con periodos de descanso entre ellas?
¿Se refuerzan de forma clara los esfuerzos realizados y los logros obtenidos?
¿Cuándo tiene un momento de crisis, tienen alguna estrategia en casa para evitar que su enfado llegue a ser extremo? ¿Una vez pasado el enfado, con calma, comentan con él lo que ha ocurrido y reflexiona sobre ello?
¿En casa suelen encontrar y fomentar sus virtudes, evitando juzgarle continuamente?
¿Procuran halagar sus méritos, aunque sea por motivos aparentemente nimios y evitan las críticas continuadas?
¿Dedica la familia un momento cada día a hablar con él, saber cómo se siente, qué le preocupa, cómo ha ido su día?
¿Conoce y comprende claramente las normas que se aplican en casa?
Cuándo hay que darle algún tipo de instrucción ¿se hace de forma directa, clara y concisa?
¿La familia es capaz de ignorar los comportamientos negativos, la mayoría de las veces?
¿Existe una forma rutinaria de advertirle que lo que está haciendo no es correcto y que tendrá unas consecuencias?
Cuándo se le felicita o premia por un buen comportamiento o por una tarea bien realizada ¿Se diferencia claramente uno por uno?
A la hora de dar instrucciones ¿La familia intenta utilizar siempre enunciados positivos?
¿Evitan castigar al alumno, salvo en situaciones límite? ¿Qué estrategias utilizan con él?
A la hora de comunicarle algo importante ¿Intentan elegir un momento en el que esté tranquilo y receptivo?
En caso de que la familia se sienta desbordada ¿Tienen a alguien de confianza a quien pedir ayuda?
En otras etapas ¿siguieron algún tipo de pautas que le ayudaran con sus estudios?
Implicar a la familia
         Dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje que se produce en las aulas, la implicación de la familia es fundamental, más en el caso de alumnos y alumnas diagnosticadas con algún tipo de dificultad en el aprendizaje o en el comportamiento.
Con las familias de niños y niñas diagnosticadas de TDAH, esta implicación es muy importante, puesto que hay que estar siempre muy pendientes de ellos.
Diariamente, el profesor debe revisar que lleva todas las tareas apuntadas en la agenda y la familia debe supervisar que todas las actividades han sido realizadas, haciendo constar en ella si ha habido algún tipo de dificultad en la realización.
Es aconsejable que exista un medio rápido y confidencial de comunicación entre padres y profesores (correo electrónico, Whatsapp…) que garantice una comunicación bidireccional fluida, de forma que tanto los padres como los tutores (o los profesores) puedan saber si ha habido algún tipo de incidencia y qué medidas se han tomado.
Debe haber reuniones periódicas entre el tutor y las familias para evaluar el progreso del alumno y, en caso necesario, adoptar medidas consensuadas que conduzcan a la consecución de los objetivos marcados.
Una reunión a principio de curso entre el tutor, los padres y el equipo docente que va a trabajar con el alumno, puede servir para que todos puedan conocer de primera mano cómo se enfrenta el niño a las distintas asignaturas, las medidas efectivas que se tomaron en cursos anteriores, cómo se puede hablar con él en caso de que surjan conflictos, etc.

Si el niño recibe tratamiento farmacológico y/o psicoterapéutico, la familia debe comunicar al tutor cualquier variación en los mismos y, si el psicoterapeuta da unas pautas a seguir deben ser comentadas con el equipo docente para poder aplicarlas de forma unánime. El tutor debe comunicar a la familia cualquier cambio que note en el alumno, para que estos puedan comentarla con el médico.

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